El Método Natural: Una odisea hacia el equilibrio y la vitalidad

¡Hola a todos!

Como entrenador personal, voy a hablar sobre los fundamentos del método natural.

En el ajetreo de nuestro mundo moderno, donde la tecnología guía con demasiada frecuencia nuestra vida cotidiana, a veces es esencial recurrir a enfoques más naturales para redescubrir nuestra esencia.

Encuentra tu profesor ideal

Los orígenes del Método Natural

El Método Natural, del que Georges Hébert fue pionero, ofrece esta vía de escape hacia una vida equilibrada y vital. Deja que te llevemos en un viaje cautivador para descubrir los fundamentos de este método, en el que el movimiento natural se convierte en la guía hacia la armonía reencontrada.

Sus orígenes remontan a principios del siglo 20, en una época en la que la vida urbana empezaba a ahogar el vínculo innato entre el hombre y la naturaleza. Georges Hébert, antiguo oficial de la marina francesa y educador, se inspiró en los movimientos naturales del hombre para crear un método holístico de actividad que tuviera en cuenta los aspectos prácticos, físicos y psicológicos del cuerpo y la mente humanos.

Mientras que el culturismo se centraba en el desarrollo muscular aislado en gimnasios aislados, el Método Natural se oponía a este enfoque en favor de una visión holística, es decir, teniendo en cuenta a la persona en su totalidad. Hébert abogaba por una vuelta a los movimientos naturales y utilitarios, promoviendo la agilidad, la coordinación y la resistencia general. Lejos de las mancuernas y las máquinas sofisticadas, el Método Natural celebraba la fuerza bruta y funcional que surge de la utilización del cuerpo como un todo, reflejando una llamada a reintegrar la armonía entre el hombre y la naturaleza en un mundo cada vez más mecanizado.

Las 10 familias de ejercicios

En el corazón del método natural hay diez familias fundamentales de ejercicios, divididas en tres órdenes de importancia. Estos movimientos, heredados de los gestos naturales, son las puertas de entrada al bienestar físico y mental. Desde los movimientos principales, como andar y correr, hasta los secundarios, como cuadrupedia y escalada, cada movimiento es una sinfonía organizada para despertar el cuerpo y la mente de forma creciente y fisiológica.

1. los movimientos principales

Caminar: mucho más que un simple medio de locomoción, caminar es el movimiento natural por excelencia. Activa la respiración, estimula la circulación sanguínea, facilita la digestión y desarrolla los músculos de los miembros inferiores.
Correr: encarnación de la velocidad y la intensidad, correr es la forma más rápida de locomoción. Mejora la función cardiorrespiratoria, aumenta la resistencia y el vigor, y desarrolla los músculos de los miembros inferiores y del tronco.
Saltar: es una familia de ejercicios que permite desarrollar la musculatura de los miembros inferiores, fortalecer las articulaciones, mejorar la flexibilidad e infunde la compostura necesaria para afrontar los retos.

2. Los movimientos secundarios

Cuadrupedia: al moverse con las cuatro extremidades, desarrollas tu coordinación, fortaleces los hombros y las muñecas. Así mismo, la cuadrupedia es un ejercicio completo de fortalecimiento muscular.
Escalada: esta familia de ejercicios se centra en los miembros superiores, la espalda y los músculos abdominales. Te permite desarrollar la coordinación, la energía y el coraje, y te anima a enfrentarte al vértigo.
Natación: incluye diversas actividades acuáticas e implica a todo el cuerpo. Es una de las formas más completas de ejercicio, ya que mejora la respiración y la coordinación al tiempo que ofrece retos específicos relacionados con la propia naturaleza del agua (masa, temperatura, corrientes, etc.).
Equilibrio: desde la posición de pie hasta los ejercicios más elaborados por encima de la cabeza, la familia del equilibrio cultiva la coordinación, la destreza y la precisión, y proporciona cualidades mentales como el valor y la compostura.

3. Las manipulaciones e interacciones

Levantar y transportar: al desplazarse con un objeto o una persona, esta actividad utilitaria desarrolla considerablemente los músculos, a la vez que enseña precaución ante posibles peligros.
Lanzamiento: lanzar, atrapar, esquivar... el lanzamiento, representa una familia completa de ejercicios. Desarrolla la velocidad de movimiento, hace trabajar las articulaciones y ofrece una gran variedad de ejercicios deportivos.
Defensa: desde los ejercicios de defensa propiamente dichos hasta el combate en equipo, esta familia fortalece todo el cuerpo, fomenta el espíritu de equipo y hace hincapié en la necesidad de respeto mutuo entre los participantes.

Cada familia de ejercicios del método natural es una ventana abierta a una dimensión específica del desarrollo humano. Juntas, forman una sinfonía de movimientos naturales, que guían a las personas hacia una vida activa y equilibrada en armonía con su naturaleza.

Los 15 principios de ejecución

Estos 15 movimientos no son simples acciones mecánicas, sino la expresión de principios profundos, armoniosos e interdependientes. Los 15 principios de ejecución guiarán cada sesión en armonía con tu metabolismo.

La alternancia de esfuerzos, la gradación de intensidad, el despliegue inicial y la vuelta final a la calma son las notas de la partitura de una sesión equilibrada y en sintonía con tu cuerpo. Estas reglas sencillas pero profundas guían la práctica de este método holístico y revelan el camino hacia una vida física y mental plena. Descubre cada uno de estos 15 principios.

Continuidad del trabajo: cada sesión representa una inmersión en un trabajo sostenido y continuo. Esto favorece el desarrollo de la resistencia general.
Alternancia de esfuerzos: la alternancia entre esfuerzos moderados e intensos crea un ritmo natural, favoreciendo un gasto energético acorde con tus capacidades.
Intensidad graduada del esfuerzo: gestiona el orden de los ejercicios para aumentar el gasto energético a lo largo de la sesión, respetando la progresión natural del cuerpo.
Progresión inicial y calma final: una sesión debe empezar vigorosamente, estimulando el ritmo cardiaco y la respiración, y debe terminar con un paseo lento para ayudarte a volver a la calma.
Dosificación e individualización del esfuerzo: la libertad de acción que se da a cada persona, combinada con una dosificación precisa, garantiza la personalización del esfuerzo, permitiendo que cada persona se adapte a sus propias capacidades.
Flexibilidad: optimiza el gasto energético asociado a cada movimiento. Está en el corazón de los ejercicios naturales, liberando al cuerpo de movimientos convencionales innecesarios y fomentando la perfección técnica.
Postura correcta y respiración amplia: una postura abierta favorece una respiración libre y amplia. Exhalar profundamente combate la disnea y garantiza un suministro constante de oxígeno.

Libertad total de acción en el trabajo en grupo: la libertad de acción es crucial, ya que prohíbe cualquier forma de supervisión restrictiva. Es la forma de obtener y mejorar el rendimiento.
Cultivar la velocidad y la destreza: desarrollar la velocidad, tanto física como mental, y cultivar la destreza, que es la precisión de los gestos, son esenciales para conseguir movimientos naturales completos.
Corregir los puntos débiles: se presta especial atención a los puntos débiles de cada individuo, con el objetivo de lograr un desarrollo completo en lugar de una especialización limitada.
Resistencia a los elementos: aprovechar el aire, el sol y el agua llevando ropa ligera, al tiempo que se fomenta el endurecimiento contra las agresiones externas.
Expresión libre de la alegría del movimiento: ¡el trabajo natural conduce a la alegría y al entusiasmo! Debes expresar esta alegría libremente gritando, cantando, jugando o bailando.
Cultivar las cualidades de la acción: cualidades como el valor, la fuerza de voluntad y la energía se desarrollan mediante ejercicios atractivos y actuaciones individuales.
Cultiva el altruismo: sí, la fuerza que adquieres debe utilizarse para ayudar a los demás. La ayuda mutua y el respeto se cultivan mediante ejercicios colectivos y defensivos.
Una cultura de emulación y autoemulación: el esfuerzo individual se estimula mediante una sana emulación grupal. Medir el progreso a lo largo del tiempo crea una emulación constante, estimulando el deseo de ir cada vez más lejos.

Estos 15 principios constituyen la base del Método Natural, una guía para todos aquellos que aspiran a descubrir y explotar plenamente el potencial natural de su cuerpo y su mente. Más allá del movimiento físico, el Método Natural pretende desarrollar cualidades humanas fundamentales. El altruismo, consagrado en el decimotercer principio, nos recuerda que la fuerza adquirida debe servir a los demás. La emulación, transmitida por el decimoquinto principio, transforma el esfuerzo individual en energía colectiva, empujando a todos hacia la excelencia.

¿Buscas a un entrenador personal online?

Enfréntate a los elementos naturales

Con método natural, la lluvia, el sol, el viento, el frío y el calor se convierten en aliados en nuestra búsqueda del equilibrio físico y espiritual. Vamos más allá del campo de entrenamiento convencional al fomentar la confrontación con los elementos naturales. Bañarse en cada arroyo que encuentres se convierte en un acto de comunión con la naturaleza.

Conclusión: más que un programa de entrenamiento, una filosofía de vida...

De este modo, el método natural trasciende el simple ejercicio físico para convertirse en una filosofía de vida. Nos recuerda que en la sencillez del movimiento natural está la clave del bienestar total. Adoptar estos principios en nuestra vida cotidiana significa abrazar una existencia equilibrada, llena de vitalidad y en armonía con nuestro entorno.

Espero que esta exploración de los fundamentos del Método Natural sirva de inspiración a todos aquellos que buscan llevar una vida activa y sana, en sintonía con la sabiduría innata que reside en cada uno de nosotros.