Repetir curso ha sido siempre una especie de "Cuidado, qué viene el coco" para mí. Cuando era niña, pensar en repetir un año escolar era un trauma, como si fuera lo peor que pudiera ocurrirme en la vida.
Sin embargo, los chicos y chicas más mayores que repetían curso e iban conmigo ese año a clase, los "repetidores", eran súper alegres, súper divertidos y para nada parecían asustados ni afectados por tal situación.
Supongo que todo depende de la personalidad de cada uno, de la edad con la que repitas curso y de la educación que te den en tu casa. "No es lo que te pasa en la vida, sino cómo te tomas lo que te pasa en la vida". La manera que decidimos cada uno de afrontar lo que nos sucede es lo que más peso tiene a la hora de ser más o menos felices y de aprovechar una oportunidad que, de otra manera, veríamos como un fracaso.
"He fracasado", puede pensar un niño o un adolescente cuando suspende un examen, una materia o, llegado el momento, un curso escolar.
También depende mucho de sus expectativas. Supongo que no le influía igual a mi amigo el "repetidor", siempre risueño y despreocupado, sentado en la parte trasera de la clase, repetir curso (ya que él, por muchos cursos que hubiera repetido, ya había decidido que no quería estudiar, que eso no era lo suyo y que su camino iba, por otro lado), que a mí, que era una chica estudiosa, perfeccionista y que para ella era súper importante sacar buenas notas e ir a la universidad. ¿Para estudiar qué? Ni la más remota idea. La misma que tiene aquí ahora escribiendo estas líneas para ti.
También te digo, el que no nace queriendo ser médico o abogado (una profesión en concreto), ¿Sabe a ciencia cierta lo que quiere ser en esta vida? ¿Sabe lo que ama sin haberlo conocido antes? ¿Quiere ser toda su vida algo en concreto? ¿Con los millones de opciones que hay? ¿Poeta, actriz, escritor? ¿Pintor, publicista, diseñador? ¿Influencer, tik toker, profesión-que-todavía-no-existe-en-el-futuro-y-que-te-hará-muy-feliz?
¡Pues qué suerte! Llámame soñadora, pero yo todavía lo estoy descubriendo. Y, ¿sabes qué es lo mejor? Que no hay meta alcanzable, ya que las oportunidades son infinitas. Pero no nos desviemos.
Esa niña de 9s y 10s no podía imaginarse la posibilidad de suspender curso porque se le atragantaba el huevo kinder de la merienda. ¿Qué debían haber hecho sus padres o deberían hacer unos padres a día de hoy? Normalizar. No exigir tanto. Que la hija o hijo sepa que no pasa nada por no sacar un diez, por no ser perfecto y por necesitar ayuda. Ni siquiera por pedirla, algo que nos viene muy bien a todos de vez en cuando.
Fuera exigencias y fuera angustias, en todos los aspectos. Que nada es para tanto. Que un "fracaso", una caída o una retirada a tiempo es una victoria.
Por otro lado, ¿repetir curso es sinónimo de aprobar? Para nada, podéis verlo en el ejemplo de mi amigo que repitió pero tenía muy claro que no quería estudiar, al menos de momento y al menos en ese colegio. Más adelante sí estudió, lo que él quiso y cuando él quiso.
¿Cómo afecta a un niño, adolescente o adulto repetir curso? En mi opinión, depende de los objetivos de esa persona y de la forma de encarar la situación, con la ayuda de su entorno.
Como decía, es una oportunidad que te está dando la vida si quieres aprovecharla. Puedes coger ese nuevo año para volver a estudiar, para tomártelo en serio y para pedir ayuda a profesores particulares que te echen una mano en aquellas materias que se te han atascado el año anterior. Conoces caras nuevas, haces amigos, ya te suena la mitad de las asignaturas por lo que, si lo piensas, es incluso más fácil para ti (¡Eso que llevas adelantado!). Y tus amigos del curso superior siguen estando ahí asi que... ¡Doble de regalos en tu cumpleaños!
Si tienes ganas e ilusión, repetir curso no hay que tomárselo a la tremenda, como un disgusto horrible ni como un manchurrón en tu impecable curriculum escolar. Hay momentos en la vida que nos desvían del camino o nos hacen más difícil conseguir una meta y, aunque seas un alumno de notazas, puedes tener un traspiés e irte mal en algún momento. Eso, con ayuda de tu entorno familiar y de amigos, se puede llevar de una forma positiva y buena. "Darle la vuelta a la tortilla", ya sabéis que soy muy de refranes.
Así que amigos, resumiendo, lo importante es cómo te tomas las cosas que te pasan en esta vida, darles la vuelta y ver los baches como oportunidades de crecimiento y, sobretodo, ser honestos y coherentes con nosotros mismos y saber lo que queremos. Y, si el camino es decir No, ya vendrán futuros Síes que nos hagan felices y nos motiven a seguir adelante.
Y, por supuesto, nuestro entorno es nuestro mejor maestro para enseñarnos y ayudarnos a sobrellevar esos momentos que, en nuestra cabeza, pintan de la peor manera posible y que, con el tiempo y relajándonos, vemos que no lo son.
Con amor,
Jenny.
