El sistema de conciertos en España existe desde hace muchos años, sin embargo, cada cierto tiempo se reabre la polémica de si deberían desaparecer este tipo de colegios que, reciben fondos del Estado, pero que tiene cierta libertad en aspectos fundamentales, tanto a nivel educativo como administrativo.
Los defensores de los centros concertados apuntan a programas personalizados y actualizados y la educación en valores como razones para que se mantengan como opción para estudiar; sin embargo, quienes los critican suelen indicar que tienen sistemas de admisión restrictivos y que muchos de ellos no defienden el derecho a una educación laica. Por ello estaría bien saber qué aportan los colegios concertados a la educación en España y qué aspectos son los más polémicos de este tipo de centros.
Aunque quizás, antes de ver lo mejor y lo peor de los colegios concertados, sería interesante saber qué son los colegios concertados y qué diferencias básicas tienen frente a los colegios públicos. Un colegio concertado privado financiado con fondos públicos, pero que han sido creados por entidades privadas, frente a los colegios públicos, creados por el Estado. Los centros con sistema de conciertos tienen que defender los derechos básicos de la educación, sin embargo también tienen ciertas libertades en cuando a su organización y su funcionamiento; mientras que en los colegios públicos la organización y la administración son de carácter general.
A partir de esta definición, bastante general, se podría entrar en definiciones más complejas, que ya tendrían que ver más con en funcionamiento propio de cada colegio concertado, de su ubicación y de qué entidad fue la que lo creó. Aunque en general, todos los concertados tienen en común varios puntos, unos positivos, otros no tanto...
A favor de los colegios concertados hay que decir que…
Ofrecen una alternativa a la escuela pública, es decir, dan la posibilidad a padres y alumnos a un tipo de formación alternativa a la que ofrece la escuela pública. Al disponer de la libertad para desarrollar planes de formación diferentes, la formación suele ser más personalizada y adaptarse más rápidamente a cambios en cada nuevo curso según los cambios en la sociedad en general y en la educación en particular.
En el aspecto económico, los centros concertados reciben fondos del Estado, pero también la aportación económica de los padres, por lo tanto, en términos de administración de recursos resultan más baratos a los presupuestos generales, ya que una parte del dinero que sirve para subvencionarlos procede del bolsillo de los padres de los alumnos
En la selección docente no se realiza un concurso por oposición, sino que se tiene en cuenta el currículum del docente y su experiencia, además, se favorece la formación continua de los profesores. Por lo tanto, suele tratarse de profesionales formados en la especialidad que imparten y con una marcada vocación docente.
Sin embargo, también hay que reconocer que los colegios concertados tienen algunos puntos en negativo…
Quizás, el más polémico es la asignatura de religión que la mayoría de los centros concertados ofrecen, sobre todo, si se tiene en cuenta no se suele ofrecer una asignatura alternativa a la religión. Y que suele acarrear un aspecto negativo más, ya que los centros concertados no tienen reservado derecho de admisión, sin embargo, la imposición de la asignatura de religión limita las opciones de estudiar en este tipo de centros a alumnos laicos o de religiones que no sean la que se profesa en el colegio.
Parte del presupuesto de los centros concertados procede de fondos públicos, pero está extendido entre los centros concertados un sistema de donativos que “obliga” a los padres a hacer aportaciones al centro, que suelen esconderse como donaciones voluntarias o donativos, pero que tienen un carácter casi obligatorio e incluso unas “tarifas” no escritas.
En busca de los puntos en común…
La educación de calidad es esencial en la sociedad. La polémica sobre si los colegios concertados deberían mantenerse o si deberían pasar a ser centros privados se reabre cada cierto tiempo, pero en lugar de pensar en acabar con este tipo de centros podría ser interesante un análisis y una revisión de sus aspectos positivos para implantarlos en la escuela pública. Algo así como una reforma general de la educación en los colegios que repercutiera de forma positiva en el alumnado.
La educación es un derecho básico, como básico debería ser el derecho a una educación de calidad para todos los alumnos por ello, el lugar de ver a la educación concertada como un amigo a vencer quizás sea más interesante desarrollar un plan conjunto para la mejora de la calidad educativa uno que realmente favoreciera la mejora de los resultados escolares de los estudiantes.