1. Práctica en vez de lectura constante
En vez de releer, realiza ejercicios (afirmado por la Universidad de Hardvard). Si eliges repetir problemas realizados u otros ejercicios prácticos, aprenderás mucho mejor y sobre todo a largo plazo.
2. Date un descanso entre sesiones
Cometes un error estudiando una materia y machacándola sin descanso. Los expertos recomiendan dar un espacio entre sesiones de estudio hasta que esta empiece a caer en un punto de olvido, es ahí cuando el alumno debe esforzarse por recordar lo que había aprendido.
3. Combina materias.
No te centres en una sola materia, combínalas con otras distintas. La mezcla de materias ayuda a que el alumno sea capaz de diferencias los problemas, y encontrar una solución de manera más ágil.
4. Enfréntate a los retos.
Hardvard insiste en que es necesario elevar el nivel del alumno, para ponerlo en dificultades y así potenciar ese esfuerzo que está realizando a la hora de estudiar. Si, por otra parte, estudiara un contenido sencillo, la mente no se esfuerza, y por consiguiente, no queda potenciada.
5. Hacer un plan con los objetivos (reales) de cada día:
Una idea genial de organizarse y realizar tareas, es comprarte (o hacerte) un organizador, indicando así los objetivos diarios. ¡Veréis que bien os sentís cuando al final del día hayáis cumplido todas vuestras metas!
6. No posponer tus objetivos.
Es muy importante no dejar de lado para el final todo aquello que quieres hacer ahora mismo. ¿Por qué? Sencillamente, porque lo único que conseguimos así es acumular toda la faena para el final, momento en el que el alumno entonces se saturará y no podrá con ello.