Lo que muchos no saben de las matemáticas

Aún recuerdo mis años de la edad primaria y secundaria, cuando las asignaturas me parecían de lo más aburrido y las matemáticas parecían un caos sin sentido que nunca llegaría a comprender.

Frustración era lo que sentía por no ser capaz de comprender todos aquellos números, danzando sin sentido entre las ecuaciones de primer grado, ecuaciones de segundo grado y ecuaciones de tercer grado (por mencionar algo relativamente sencillo…). Sencillo para quiénes las entendiesen, porque mi virtud nunca fueron las matemáticas, de hecho, me pasaba los veranos con cuadernos de refuerzo de problemas, divisiones y demás procesos matemáticos.

A pesar de todo eso, nunca quise rendirme y siempre insistí en comprender aquello que mi madre tantas veces me repitió “las matemáticas son para toda la vida”. Yo no lo creía así y me parecía una tontería, pero lo cierto es que a día de hoy, por suerte, he sido consciente de que así es: las matemáticas son esenciales para todo, hasta para ir a comprar el pan. ¿No es increíble?

Pues, este es un mensaje de ánimo para todas aquellas personas que estén en la misma situación en la que estuve yo bastantes años atrás. A día de hoy, adoro las matemáticas, incluso me estoy planteando especializarme en ser profesora de matemáticas. Eso sí, impartiéndolas de manera más dinámica y divertida de lo que me las enseñaron a mí, y así poder transmitir todo aquello que yo -en cierto modo- eché en falta cuando era pequeña.

Las ganas por querer aprender, la emoción de resolver el valor de x, la ilusión de saber que has sido capaz de resolver un problema que creías que era de lo más complicado.

Y eso es lo que trato de transmitir a todos mis alumnos cuando enseño matemáticas, porque aunque no lo creáis, también tiene su parte divertida e intrigante ;)

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