1. Los Pueblos Prerromanos del Este y Suroeste: Turdetanos e Íberos
1.1. El Mundo Tartesio y la Cultura Turdetana
El mundo tartesio, tras el contacto con los fenicios en el periodo orientalizante, dio paso a la realidad turdetana. Por otra parte, encontramos el mundo íbero, indígenas de la zona levantina que parten de un punto distinto y que, debido en gran parte al fuerte impacto colonial griego y cartaginés, desarrollaron un urbanismo con elementos influenciados por ambas culturas.
Ambas culturas, la turdetana y la íbera, a pesar de sus diferencias, presentan un elemento común: la fuerte influencia de elementos mediterráneos en su desarrollo cultural. Además, su relación con Cartago les otorgó especial relevancia en el desarrollo de la historia de las principales potencias de este período: Cartago y Roma, y su enfrentamiento por la hegemonía en el Mediterráneo central.
1.2. Los Turdetanos
Posiblemente, los turdetanos tienen influencia fenicia. Después de la crisis de Tarteso en el siglo VI, parece que los tartesos se infiltran con los celtas y se vuelve a crear una nueva civilización. Esta cultura evoluciona hasta que llegamos a los turdetanos, quienes ocupan buena parte de los núcleos tartesos como Onuba, Doña Blanca y Spal.
Según fuentes como Estabron, esta zona presenta una economía compleja, articulándose sobre un núcleo de fuerte actividad agrícola y ganadera complementado por gran riqueza mineral. La organización política nos habla de la existencia de reyezuelos y de ciudades dependientes relacionadas entre sí.
1.3. Los Íberos
Los íberos son el conjunto de pueblos del levante y del sureste peninsular. Comparten características comunes, como la lengua ibérica (una lengua aislada), manifestaciones artísticas similares y formas similares de organización política.
Otro aspecto importante del mundo íbero es el mercenariado; muchos de los íberos sirvieron como mercenarios. Su arma principal, que luego los romanos adoptaron, era la falcata, un tipo de espada.
1.4. Diversidad Regional de los Íberos
1.4.1. Sureste
En el sureste, donde se encontraban pueblos como los oretanos y bastetanos, apreciamos una mayor influencia africana y turdetana.
1.4.2. Zona Central
En la zona central (levante), tenemos pueblos como los contestanos y mastienos. Era una zona de paso griega y posteriormente cartaginesa.
1.4.3. Noreste
En la zona noreste (edetanos, indiketes), hay influencias de las colonias foceas (como Emporion).
1.5. Organización Sociopolítica de los Íberos
Los íberos estaban gobernados por élites que se pueden dividir en dos tipos: la monarquía (una casta guerrera orientada a hacer la guerra) y la aristocracia urbana. Estas élites tenían el monopolio de la riqueza, la violencia y la religión.
1.6. Poblamiento Íbero
Había una gran variedad regional, lo que llevó a dividir el poblamiento en tres grandes unidades de ocupación según su grado de complejidad:
- Núcleos dispersos: Unidades más básicas de ocupación, como cortijos, centros mineros y torres de vigilancia.
- Aldeas: Asentamientos permanentes donde se gestionaba el territorio, variando el urbanismo según la región.
- Oppida: La unidad principal y más importante, extendiéndose a pueblos vecinos. Se trataba de asentamientos mayores, controlando las aldeas a su alrededor y mostrando influencias griegas como el plano hipodámico.
1.7. Economía de los Íberos
La economía de los íberos varía según condicionamientos climáticos y territoriales. Presentaba una actividad agropecuaria con la mayor parte de la población dedicada a estas actividades, destacando el cultivo de cereales, olivos y vid. También incluía actividades ganaderas, minería, metalurgia y orfebrería.
1.8. Religión de los Íberos
Los íberos adoptaron elementos de diversas tradiciones, experimentando un proceso de sincretismo religioso. La diosa madre, relacionada con diosas fenicias y griegas como Tanit y Démeter, fue una figura central. Los lugares de culto incluían santuarios naturales y templos urbanos, así como ritos funerarios centrados en la incineración y la deposición de cenizas en urnas.
2. Los Pueblos Prerromanos del Centro y Norte: El Mundo Celta
2.1. Celtíberos
El término Celtíbero designa a las comunidades de la Edad del Hierro asentadas en la Celtiberia, región comprendida por el Alto y Medio valle del río Ebro y la zona del Alto Segura. Se trata de una mezcla entre celtas e íberos, con varios grupos reconocidos por los romanos, como los titos, arévacos, berones, pelendones, lusones y lobetanos.
2.2. Meseteños
Los meseteños eran celtas ubicados en la zona central de la meseta, herederos de la cultura de Cogotas I. Incluyen:
- Vacceos: Situados en la zona del Duero Medio, con un desarrollo urbano ligado a la tradición celtibérica.
- Vetones: Asentados en el Tajo medio, emparentados con los lusitanos.
- Carpetanos: Centrados en el Alto Tajo y Alto Guadiana.
2.3. Celtas de la Periferia
Los celtas de la periferia, herederos de la cultura del Bronce Atlántico, se dividen en tres grupos:
- Galaicos: Ubicados en la zona noroccidental, organizados en castros.
- Célticos y Lusitanos: Situados entre los ríos Duero y Tajo, centrados en pastoreo y bandolerismo.
- Cántabros: Localizados en la actual Cantabria y Astures en León y la ribera del Sella.
2.4. Economía y Religión Celta
2.4.1. Economía
La economía celta era de base agropecuaria, destacando:
- Ganadería: Todo tipo de ganado, con influencias del medio y organización territorial.
- Agricultura: Cultivo de cereales y legumbres.
- Minería: Explotaciones mineras de plata, plomo, hierro y cobre.
2.4.2. Religión
La religión celta incluía santuarios extraurbanos y urbanos, aunque se conservan pocos restos. El panteón celta muestra influencias diversas.
3. Cartago
Cartago, ubicada en lo que hoy es Túnez, fue fundada en el siglo IX a.C. por fenicios de Tiro. Su desarrollo comercial la llevó a crear un imperio con posesiones en África, Sicilia y en el Mediterráneo central. A lo largo de su historia, Cartago rivalizó con Roma, culminando en las guerras púnicas.
3.1. La Llegada de los Cartagineses a la Península
La llegada de los cartagineses a la península estuvo impulsada por la primera guerra púnica (264-241 a.C.), un conflicto entre Cartago y la República Romana por el control de las islas del Mediterráneo. Tras la derrota, Cartago buscó recursos en la península, iniciando un proceso de colonización.
3.2. Cartago y Roma: La Segunda Guerra Púnica (218-206 a.C.)
Aníbal Barca, tras conquistar Sagunto, marchó hacia Roma, obteniendo victorias iniciales. Sin embargo, las dificultades logísticas y la contraofensiva romana llevaron a la derrota de Cartago en la batalla de Zama (202 a.C.).
4. La Conquista Romana
La derrota de Cartago permitió a Roma hacerse con el control del sur de la península. A partir de aquí, comienza la conquista y el proceso de romanización.
4.1. Las Guerras Celtibéricas
La primera Guerra Celtibérica (181-179 a.C.) fue marcada por revueltas y enfrentamientos entre celtíberos y romanos. La segunda guerra (154-151 a.C.) se inició por la fortificación de la ciudad de Segeda, culminando en la guerra numantina (143-133 a.C.) con el asedio de Numancia.
4.2. Las Guerras Lusitanas
Entre 155 y 139 a.C., los lusitanos, liderados por Viriato, resistieron y lograron numerosas victorias contra Roma. Sin embargo, su liderazgo fue traicionado, llevando a la caída del movimiento lusitano.
4.3. Las Guerras Civiles: Optimates y Populares
En el siglo I y II a.C., las guerras civiles en Roma surgieron de la crisis de la República. Las desigualdades sociales generadas por las conquistas llevaron a luchas de poder entre los optimates y populares, finalizando con el ascenso del Imperio y su eventual división.