Comenzamos las clases con Ana durante el confinamiento, por lo que debido a la situación sanitaria las clases se hacían en remoto y para nosotros era una experiencia nueva.
Terminado el confinamiento hemos continuado con Ana durante muchos meses más, todavía en remoto utilizando una aplicación móvil de videoconferencia, ya que nuestra residencia y la suya distan bastantes kilómetros.
Estos meses, tanto mis tres hijos como yo hemos aprendido mucho con Ana. En mi caso, además de Hanon para ganar velocidad, alguna obra de Bach y Mozart, Ana me ha enseñado a relajarme al piano y tocar sin tensión.
Con los niños la cosa ha sido diferente. Ana utiliza un método de la escuela rusa de piano y se adapta perfectamente al nivel de cada uno de los niños (10, 7 y 5 años). Demuestra que sabe y vive la música, por lo que transmite esa pasión que los buenos maestros transmiten a sus alumnos, lo que tratándose de una clase por vídeo no es fácil.
Por todo esto y más, la recomiendo como profe.
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