Al principio eso de que las clases fueran online no me acababa de convencer. A mí misma me decía; no me voy a concentrar si la profesora está al otro lado del ordenador, ¿Cómo haremos los ejercicios y me los corregirá si los tengo mal? y cosas así. Nada más empezar me di cuenta de lo equivocadísima que estaba, las clases son geniales, al usar una pantalla compartida podemos hacer todos los ejercicios que necesite y veo a la vez lo que escribe mi profesora. Es incluso divertido aprender a usar la tablet que nos recomiendan. La forma en la que dan las clases es maravillosa, no me siento tonta por equivocarme y no tengo miedo a hacer ninguna pregunta. Mi profesora me transmite confianza y seguridad, por pensar algo negativo de las clases online es que a veces me gustaría atravesar la pantalla y darle un abrazo... pero hasta hacen encuentro para que podamos hacerlo! Sin duda me alegro de que mi madre insistiera en que le diera una oportunidad a esta forma de dar mates y estoy contentísima
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