Descripción del anuncio
Disfruto compartir herramientas útiles para el bienestar y he encontrado en el Tai Chi y el qi gong cambios muy positivos para las personas. Además, elongación, movilidad y fuerza funcional para sentirse mejor en el cuerpo, respiración y meditación para calmar la mente y aquietar el corazón.
Comencé mi exploración de la conexión entre cuerpo y mente-corazón desde temprana edad. Hijo de psicólogos (con más de una década de práctica de psicoterapia realizada), siempre sentí que algo faltaba con la sola palabra. Empecé a estudiar kung fu y yoga con seriedad a los 14 años, y a dar clases de kung fu y tai chi a los 18.
A los 21 años ya vivía exclusivamente de ese oficio, sobre el cual fui agregando y explorando nuevos enfoques (el sistema de pesas rusas, acondicionamiento físico funcional, defensa personal, meditación zen, y otras escuelas de artes marciales).
Fundé el Centro San Bao en 2008 en Buenos Aires, que funcionó hasta fines de 2020, y San Bao Center en Hawái, que funcionó desde-También dicté clases en universidades, geriátricos, empresas, y clubes privados.
Mi pasión por enseñar las artes de movimiento y conciencia corporal viene del deseo de ayudar a que la gente se sienta mejor. Mis alumnos más comprometidos me han dicho que su práctica les ayudó a fortalecerse, sanarse, y crecer como personas, y eso es lo que me motiva a seguir aprendiendo y creciendo yo. Actualmente estudio el llamado “Método Práctico” de tai chi con el maestro Chen Zonghua.
En paralelo, me estoy informando en las nuevas fronteras de investigación en la neurociencia, la psicología, y el tratamiento de trauma, donde sigue cobrando con cada vez más fuerza la idea de que hay muchas dificultades –tanto físicas como emocionales– que responden mejor a una terapia integradora, incorporando el cuerpo de manera intencional en cualquier programa de recuperación o sanación.
Porque al final somos (como intuía en mi adolescencia) personas complejas y completas, y para realmente cuidar nuestra salud, nos conviene abordarla en su totalidad.
Lo que yo descubrí a lo largo de los años es que el camino hacia el bienestar no es una línea recta, sino un viaje de sorpresas y desafíos como la vida misma. Espero poder sumar algo de valor al tuyo, y acompañar.