Primero me encanta la idea de enseñar un idioma no de forma pura y dura sino envolver los alumnos en el complejo mundo que está al rededor de cada idioma. Transmitir valores, curiosidad y autoestima. El aprendizaje de un nuevo idioma puede ayudar cualquiera a salir de una zona de comfort que muchas veces nos quita oportunidades tanto laborales como relacionales.