Aarón Tobío Romaní

Una vez hechas las presentaciones entre el alumno y el maestro y aclarada la asignatura para impartir, el plan de estudios consta de tres puntos simples:
1. Primero se verá cuáles son los puntos en los que se falla o se tienen problemas, pues son la raíz de que se den las lecciones particulares y es una pérdida de tiempo dedicar clases a aspectos que ya domina.
2. Una vez identificados, se darán lecciones explicadas con todo detalle y ayudadas con el uso de ejemplos prácticos, o simplemente dar consejos que puedan ser útiles para poder realizar mejor un aspecto concreto, como interiorizar los datos de las lecciones.
3. Finalmente, se propondrán ejercicios de todo tipo para que el alumno practique lo aprendido y demuestre que ha dominado la lección.
No se busca presionar al alumno, ni siquiera aunque se de la impresión. Cada uno tiene sus puntos fuertes y aprende a su propio ritmo. La metodología de enseñanza se aplica y adapta a ese ritmo para que pueda aprender y mejorar aquello que no entiende o no sabe aplicar. Si acaso no tiene problemas y sólo las toma para reforzar lo que ya entiende, se puede discutir qué puntos repasar en cada una de las clases o dar consejos para interiorizar los conocimientos que se aprendan.
Los horarios se adaptan, por supuesto, a los de los alumnos, para así no interferir en su vida personal, escolar o cualquier actividad extraescolar que pueda estar realizando. Cualquier cambio se puede hablar y se realizarán los ajustes necesarios.