Alberto Jaén Jaén

Nacido en 1989 en Madrid, nieto de baterista y primo de dos batacas, a muy temprana edad vi de pasada una batería en una escuela de música y sentí una tentación inalcanzable. Luego de muchos años conseguiría mi primera batería (electrónica) y, no mucho después, mi primera batería acústica. Estuve más de cinco años aprendiendo de forma autodidacta, con un Internet no sólo lento sino infinitamente más limitado en contenido. Eran tiempos difíciles; el cable del teléfono sonaba como un extraterrestre y las fotos cargaban por fascículos. En ese arduo contexto formaría parte de dos bandas muy distintas, y no sería hasta el año 2010 cuando comenzaría a recibir clases particulares de un muy buen profesor de Barcelona. Estas clases me sacaron del bloqueo en el que me encontraba, y me abrieron a un horizonte nuevo, empoderándome en el propio proceso de aprendizaje. Por esa época comencé a acudir a jam sessions de blues, funk y alguna de rock, y –sólo después– de bossa y jazz. Comencé hacia el 2011 a impartir clases de batería, con el feliz exceso de confianza que a menudo otorga el final de la adolescencia y el comienzo de la adultez. Desde entonces llevo siendo profesor de forma intermitente, tanto en clases particulares como grupales. La idea es salir de esa intermitencia y del régimen de cotización como asalariado por cuenta ajena.

Durante un año tuve el regalo de ser el encargado de tocar un taiko. En tiempos más recientes he cursado un año de tabla india con un muy buen profesor de Madrid, y un año de cajón y otro de darbuka con una muy buena profesora, también de Madrid. Paralelamente, un amigo artesano (herrero, forjador de handpans) me dió el impulso para incursionar en el particular mundo de esos instrumentos de percusión melódica que llenan distintivamente con sus vibraciones las estancias o los mismos exteriores. Fuí a Toledo intramuros, previo permiso y acreditación, para practicar ganando unos euros viandantes. Muy recientemente me llegó la feliz oportunidad de dirigir una batucada, un proyecto que me genera bastante diversión, aprendizaje y una pizca de experimentación. Más recientemente todavía he comenzado a colaborar como redactor de artículos para una revista de música especializada. Me gusta mucho de escribir y siempre mantengo una tensión con mi tendencia a la pedantería o la verborrea –a menudo sin mayor transcendencia que el juego de palabras por el juego de palabras–, una tendencia a la que con frecuencia sucumbo, como ahora. No suelo ser espontáneo fuera de la escritura, a menos que sea un entorno muy seguro.

En cuanto a mi formación académica:

- Cursé turbulentamente tres de los cuatro años del grado de filosofía en la UAM (el cuarto es una espinita que tengo clavada y siempre susurrando, pero por circunstancias de la vida quedó parado). Ojalá pueda terminarlo más pronto que tarde, aunque sólo sea por la titulitis.
- Estoy cursando felizmente el grado de música por la UNIR. Este grado lo terminaré sí o sí.
- He realizado una formación de bioconstrucción en una maravillosa escuela muy cercana a Gredos, y de esto sí que tengo el título (en papel de gran gramaje).
- Tengo pensado seguir estudiando toda la vida, en un cierto equilibrio entre la especialización (que el tiempo apremia) y la curiosidad general insaciable.

Si me tuviese que quedar con un solo baterista… yo creo que sería Brian Blade.

Si me das a elegir entre la batería y la tabla india, me quedaría con la primera pero no sin serias dudas. Por suerte, no hay que elegir.

Lector/a, si eres un/a alumno/a potencial y eres 1) puntual, 2) constante y 3) sientes pasión por la música y particularmente por la batería, es posible que podamos recorrer un largo camino juntos. Tienes una clase gratuita de prueba.