Soy una chica joven de 20 años con ganas de aprender enseñando. Me siento con habilidad para enseñar a los alumnos y tengo una experiencia de un año dando clase a un niño. Los resultados obtenidos gracias al esfuerzo por ambas partes fueron bastante óptimos.
Además, me sirve como práctica para adquirir habilidades y competencias necesarias para mi futuro como docente. Gracias a las clases particu...
Soy una chica joven de 20 años con ganas de aprender enseñando. Me siento con habilidad para enseñar a los alumnos y tengo una experiencia de un año dando clase a un niño. Los resultados obtenidos gracias al esfuerzo por ambas partes fueron bastante óptimos.
Además, me sirve como práctica para adquirir habilidades y competencias necesarias para mi futuro como docente. Gracias a las clases particulares, se establece un vínculo directo con el niño y se va viendo el avance progresivo que puede experimentar con el tiempo; ya no solo a raíz de la materia de las matemáticas sino también en su manera de pensar, de reflexionar, de razonar...
Creo que es una manera bastante sencilla para poder aprender y manejarme más naturalmente con los niños y niñas y conseguir así poco a poco una mayor habilidad como maestra. La cercanía es necesaria para transmitir seguridad y por ello quiero hacer a los alumnos sentirse cómodos y preparados para aprender de manera dinámica sin presionarles ni agobiarles. Lo único que pretendo con estas clases es que ellos mismos sean los primeros en ver sus progresos y sentirse bien por haber aprendido lo que previamente no sabían o no creían saber. El ritmo de aprendizaje es de cada uno propio y hay que compararse con los resultados y habilidades adquiridas previamente.
Al fin y al cabo, es el trabajo al que yo quiero dedicarme y esta oportunidad es muy buena para conectar con la mente del niño y ser capaz de entenderlos más fácilmente estableciendo un contacto directo.
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