Alonso García Díaz

No soy un gran creyente de la efectividad del método tradicional de enseñanza, donde los alumnos reciben una exagerada cantidad de información y luego tienen que memorizar, plasmar y olvidar esa enseñanza. La práctica me ha enseñado que complementar la información con la participación del propio alumno es lo mejor que se puede hacer. El alumno debe tener confianza para poder aprender una materia, y si no es capaz de exteriorizar su conocimiento nunca será capaz de conseguir esa confianza.
Dentro de la metodología que pretendo aplicar está la presentación de actividades en voz alta al profesor (yo, en este caso, su profesor de instituto en época escolar), la realización de actividades tanto con ayuda del profesor como sin ella, el trabajo de corrección conjunto entre alumnos y profesor (este es el punto más importante, una persona de verdad aprende algo cuando es capaz de corregirse a si misma y actuar en consecuencia) y por ultimo la enseñanza teórica del contenido (como dije antes, esta forma más tradicional no me gusta especialmente, pero su uso moderado en ciertos puntos es de lo más útil).
Para finalizar aclarar que en la clases lo más importante es el alumno, un alumno que quiere aprender y mejorar es el alumno que mejor va a trabajar y por el contrario aquel alumno que no quiera aprender y mejorar va a ser un obstáculo para si mismo. Por eso siempre se va a recompensar en incentivar que los alumnos tengan una participación activa y una actitud en pro de aprender.