Álvaro Aparicio

Partamos de una base esencial: nadie te va a enseñar a escribir el bestseller que rompa el mercado por la mitad. Por mucho que te lo ofrezcan, nadie te va a enseñar a ser el próximo Premio Planeta. Hay factores que trascienden a la propia obra, y es conveniente conocerlos para no llevarse fiascos y decepciones. Y sobre todo: desconfía de aquellos que te ofrezcan un aprendizaje sin que puedas contrastar lo que han hecho. El arte de escribir es un oficio que se legitima con resultados.

La única forma de aprender a escribir es aprendiendo a pensar, corrigiendo una y otra vez, en ciclos ágiles, el mismo texto tantas veces como sea necesario para que la cadencia sea perfecta. ¿De qué sirve llegar a un taller y leer el texto en voz alta? No tiene sentido leer una historia esperando un resultado positivo si cada oración esconde un problema. Y eso solo se puede saber trabajando directamente sobre el material.

Me apasiona escribir. Llevo haciéndolo toda la vida. Sé que trabajando mucho se puede avanzar hacia una paulatina profesionalización. Sé también que no existen los genios absolutos; nadie publica con solo darle a una tecla. El sector editorial es un azar multifactorial repleto de desafíos a tener en cuenta. Yo te puedo contar mi propia historia y, a partir de ahí: saca tus conclusiones.