Ana Rodríguez Toldos

¡Hola a todo el mundo!

Como actualmente soy estudiante, soy consciente de los problemas que hay a la hora de aprender algo que no te sale o la frustración que causa ir a una clase que no te gusta.

Es cierto que no todo el mundo puede ser bueno en matemáticas o en lengua, pero en cambio si todos tenemos la obligación de aprenderlo de la mejor manera posible.

A cada alumno nos sirve un método distinto para aprender, ya puede ser mediante retos y juegos, el método de aula invertida u otro de los muchos que existen.

Para cada edad y tipo de persona hay un método recomendado, es obvio que a un niño de tres años no puedes enseñarle de la misma manera que a uno de cinco.

Suelo llevar mis clases preparadas con antelación según los objetivos que pongamos aunque al final siempre se modifiquen un poco si hay dudas o problemas que resolver. Además nunca tengo problema en dejar mi teléfono móvil por si durante la semana surge alguna pregunta, estar en todo momento a disposición y no tener que esperar hasta el día de la clase.

Yo tampoco soy muy fan de los deberes y sé lo mucho que los odian pero si suelo poner alguna tarea (siempre intento que sea algo divertido o plantearles algún reto) para que sigan trabajando los días después a la sesión.

Cuando les enseño algo nuevo o que no entienden, lo más importante para mí es que se sientan lo suficientemente seguros como para parar la explicación o para pedir que la repita las veces que sea necesario.

No hay nada mejor como querer aprender, y yo quiero ayudar a que entiendan eso.