Su dominio tanto del alemán como del castellano o el catalán permite enfocar las clases de una manera distinta (y hasta mejor) que con un profesor nativo. Creo que está infravalorado que el profesor domine la lengua nativa del estudiante, además de la lengua extranjera. En mi experiencia, es capaz de entender el porqué de mis fallos mucho más fácilmente que alguien que no domina el castellano, puesto que lo que normalmente hacemos es traducir.
Es muy predispuesta y siempre prepara las clases con múltiples actividades adecuadas a las necesidades del alumno. Intercala tanto ejercicios de exámenes oficiales como otros más recreativos con los que se aprende igual. Sus clases se hacen muy amenas y el progreso es super notable.
Busques el nivel que busques, es genial.
Yo estoy encantada y la recomiendo 200%.
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