Tanto si trabajo con niños como si lo hago con adultos, me gusta partir de su realidad, de lo que a ellos les interesa… siempre teniendo en cuenta el tema que se nos da. Me resulta interesante tener un momento para dialogar, para saber que han descubierto ellos del tema que se proponen y, si son adultos, cómo lo viven, o lo afrontan, o lo llevan a las aulas, o al trabajo concreto que les toque de...
Tanto si trabajo con niños como si lo hago con adultos, me gusta partir de su realidad, de lo que a ellos les interesa… siempre teniendo en cuenta el tema que se nos da. Me resulta interesante tener un momento para dialogar, para saber que han descubierto ellos del tema que se proponen y, si son adultos, cómo lo viven, o lo afrontan, o lo llevan a las aulas, o al trabajo concreto que les toque desempeñar.
A partir de ahí comienzo a trabajar. Me gusta que las clases puedan ser dinámicas, que haya alguna parte audiovisual, que ellos puedan intervenir, que sean dialogadas, todo esto teniendo muy en cuenta el tiempo que se nos da y, en el caso de que sea con niños, la programación a la que tenemos que adaptarnos.
En el caso de que imparta clases de apoyo escolar, estoy convencida de que no es un tiempo para hacer los deberes que les mandan en clase, como muchos padres piensan, sino un tiempo para que el niño pueda descubrir y comprender lo que no ha alcanzado a entender en la explicación de la clase. Es una oportunidad para, desde la lectura comprensiva, el diálogo de lo que no entiende, la explicación sencilla, él vaya descubriendo todo lo que se dejó perder en la clase, y después, si queda tiempo, se puede hacer algún ejercicio para que él vea que es capaz de realizarlo. Los demás, si no da tiempo, tendrá que terminarlos en su tiempo de estudio en casa, porque es importante que todos los niños dispongan de este tiempo diario en su casa.
En el caso de impartir formación teológica, si es en el ámbito reglado (sea el nivel que sea) disfruto ayudando a descubrir a los alumnos esa parte o esa dimensión sobre la que tratamos, conectándola con la vida y, de manera especial, con SU VIDA. Cuando lo que se me pide es ayudar a profundizar a grupos parroquiales, catequistas, formación para profesores sobre determinados temas, o personas particulares que quieren profundizar en algún tema concreto teológico, bíblico, etc... la propuesta es similar. Normalmente los alumnos disfrutan y yo disfruto con ellos.
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