Las clases de inglés con Celia las recuerdo con mucho cariño. Particularme porque siempre tenía una sonrisa y se mostraba atenta, paciente y predispuesta en el aprendizaje paulatino de sus alumnos. Buscaba siempre un aprendizaje del idioma desde diferentes perspectivas: lectura de libros, escucha activa de series, películas, podcasts, aprendizaje de la gramática y vocabulario, creación de textos y, especialmente, conversación. Una persona con ganas y alegria de enseñar, se transforma indudablemente en el mejor método para despertar en el alumno ganas de aprender y, por tanto, resultados positivos.
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