Mi nombre es Eduardo y desde hace unos años doy clases de japonés.
Decidí entonces que quería aprender japonés y me matriculé en una academia. Me gustó tanto el proceso de aprendizaje que decidí especializarme en la enseñanza. Desde entonces, he estado dando clases particulares a personas de todas las edades y niveles, y puedo decir que he encontrado mi verdadera vocación.
Creo que es fundamen...
Mi nombre es Eduardo y desde hace unos años doy clases de japonés.
Decidí entonces que quería aprender japonés y me matriculé en una academia. Me gustó tanto el proceso de aprendizaje que decidí especializarme en la enseñanza. Desde entonces, he estado dando clases particulares a personas de todas las edades y niveles, y puedo decir que he encontrado mi verdadera vocación.
Creo que es fundamental que se sientan cómodos y motivados para poder avanzar en su aprendizaje. Por eso, siempre intento que mis clases sean amenas y divertidas. Me gusta poner ejemplos prácticos y ejercicios que les resulten útiles en su día a día.
A lo largo de estos cinco años, he tenido alumnos de todos los perfiles. Desde adolescentes que querían aprender japonés para entender mejor sus videojuegos favoritos, hasta personas adultas que querían conocer la lengua y la cultura por motivos laborales o de viaje.
Creo que el japonés es una lengua muy interesante, y que merece la pena conocerla. No solo por su belleza o su gramática, sino también por lo que representa en términos de cultura e historia.