Sebastián Ernesto Cáceres Álvarez
★★★★★
Pasé clases con ella durante la secundaria en la materia de humanidades. Presentaba el contenido de manera clara y concisa; se preocupaba porque aprendiéramos todos. Se esforzaba en ver que cada uno esté al tanto. Los comentarios sobre el rendimiento siempre eran personales: comprendías tus aciertos y debilidades. Por lo que también entendía que la retroalimentación era importante: valoraba los comentarios y las críticas. El trato personal hacía que no tuvieras a una autoridad de la que tenías que adquirir conocimiento: había un elemento mucho menos vertical, más humano. Eso hacía que las clases se hicieran mucho más cercanas; pero sobre todo, entrañables.