En los últimos cinco años he trabajado ininterrumpidamente en dos academias. En la primera (Enforex) estuve trabajando cerca de un año y gané mucha experiencia con grupos de adultos de hasta 15 personas; me vi obligado a improvisar mucho y a atender diferencias en las necesidades lingüísticas en la misma aula al mismo tiempo. En la segunda academia (Linguarama), donde he trabajado los últimos tre...
En los últimos cinco años he trabajado ininterrumpidamente en dos academias. En la primera (Enforex) estuve trabajando cerca de un año y gané mucha experiencia con grupos de adultos de hasta 15 personas; me vi obligado a improvisar mucho y a atender diferencias en las necesidades lingüísticas en la misma aula al mismo tiempo. En la segunda academia (Linguarama), donde he trabajado los últimos tres años, he dado clases en empresas, por lo que me he acostumbrado a un contexto mucho más formal y exigente.
Mis clases son rigurosas a nivel gramatical, pero también hago mucho hincapié en aspectos culturales. Uso la pizarra de un modo particular que, por el feedback que me dan mis alumnos, resulta muy aclarador y atractivo. Procuro ordenar muy bien la información, lo que ayuda a que los apuntes de loes estudiantes sean buenos. También me fijo bastante en un aspecto usualmente olvidado: la pronunciación, empezando por mí. La estructura de las clases suele pivotar alrededor de textos reales. Me centro mucho en las necesidades de cada alumno, y si es posible, parto de ellas y desarrollo la clase alrededor de esas preguntas. Los registros, coloquial, formal..., a su vez son elementos de importancia, así como la pragmática, que considero claves enseñar en las clases.
Por otro lado, con alumnos que tiene un nivel comunicativo muy alto, especialmente brasileñ@s y italian@s, trabajo mucho los "false friends" y trato de concienciar sobre todo en las diferencias, al tiempo que rehuyo con especial esfuerzo los estereotipos y clichés nacionales.
Ver más
Ver menos