Irene Fernández Jiménez

La vasta experiencia como alumna en diferentes niveles de estudios me ha permitido analizar las diferentes formas de enseñar de cada profesor y percibir cómo los alumnos hacíamos nuestras cualquier explicación.
Lo primordial es intentar identificar la forma de aprendizaje del alumno. Me parece fundamental, por eso es necesario que sepa expresar sus necesidades y los problemas que encuentra la hora de enfrentarse a los temas de una materia. A partir de aquí el enfoque debe ser más o menos dinámico. La rapidez con la que adquiere conocimientos debe ser igualmente tenida en cuenta para llevar una u otra velocidad en las clases.
Estudiaría el temario facilitado en clase o por otro profesor e intentaría adaptarlo a lo anteriormente descrito, así como completarlo con otros documentos y bibliografía. Encuentro bastante material gratis y diferente en internet, solo hay que saber usarlo y saber cuál es veraz.
Lo siguiente es establecer una rutina, para que el alumno/a no se encuentre perdido y sepa cómo proceder y a quién recurrir en momento de dudas.
Por último, estructurar las clases teniendo todo lo mencionado en cuenta. Comenzar con una explicación es lo común, hacer ejercicios y preguntar dudas para ahondar en las partes de mayor dificultad. Para finalizar, propongo una parte en la que se asocie cualquier concepto que pueda ser abstracto con algo cotidiano, para que resulte más fácil de comprender.
Cualquier persona puede aprender cualquier cosa solo es cuestión de explicárselo de tal manera que lo entienda y adaptar el proceso a sus competencias.