Durante un tiempo me dediqué a dar clases particulares a alumnos de primaria, ESO y bachillerayo. Eran clases individuales dónde el alumno decidía lo que quería trabajar, dando pie a que se sintiera libre y motivado. En algunas ocasiones utilizábamos juegos y en otras ejemplos más prácticos. Si en algún momento el alumno se mostraba agotado o agobiado, nos tomábamos un descanso de la materia para...
Durante un tiempo me dediqué a dar clases particulares a alumnos de primaria, ESO y bachillerayo. Eran clases individuales dónde el alumno decidía lo que quería trabajar, dando pie a que se sintiera libre y motivado. En algunas ocasiones utilizábamos juegos y en otras ejemplos más prácticos. Si en algún momento el alumno se mostraba agotado o agobiado, nos tomábamos un descanso de la materia para poder retomar la lección en otro momento o incluso en otro día. Creo que el interés mostrado por parte del alumno es lo que consigue que las clases y el aprendizaje realmente funcione, ya que esas ganas son las que ayudan a prestar más atención y a retener la información aprendida.