El éxito de mi trabajo es que el alumno aprenda y apruebe. Para logralo, procuro explicar todos los conceptos, de forma que resulten comprensibles, tanto para una persona mayor de ochenta años, como para un niño de diez. También intento conseguir empatía con los alumnos, de forma que se interesen por las asignaturas. Procuro despertar el deseo de conocimiento y lograr una vinculación afectivo-emo...
El éxito de mi trabajo es que el alumno aprenda y apruebe. Para logralo, procuro explicar todos los conceptos, de forma que resulten comprensibles, tanto para una persona mayor de ochenta años, como para un niño de diez. También intento conseguir empatía con los alumnos, de forma que se interesen por las asignaturas. Procuro despertar el deseo de conocimiento y lograr una vinculación afectivo-emocional con el alumno, para mantener su atención. Esto se consigue proporcionando: dedicación, responsabilidad y ánimo por parte del docente, para que los alumnos correspondan a su vez, con atención, trabajo e interés. Si no lo consigo, intento involucrar a los padres. Si tampoco resulta, les propongo que busquen a otro profesor.
Entiendo que parte de la remuneración por mi trabajo, es el aprobado del alumno. Sólo cuando el alumno aprueba, nuestro trabajo ha tenido éxito.
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