John es un profesional dentro y fuera de la pista, no solo detecta los puntos a mejorar en un estilo personal de juego, sino que su empatía le ayuda a conectar con las personas y comprender cómo se sienten, cuáles son sus inseguridades y qué emociones despertar en uno para convertirlo en una bestia dentro del metacrilato. Profesor, entrenador, coach. Si a esto le sumamos la nobleza de su actitud y su inquebrantable y contagioso espíritu de superación, puedo afirmar que estamos ante una persona cuya misión en esta vida es dejar una huella en los demás. En definitiva, no todos nacemos con el don. Pero John... John sí lo hizo.
Gracias John.