José Luis Velázquez Vázquez

Me guio por la siguiente máxima: cada persona es única y tiene por consiguiente capacidades cognitivas y memorísticas distintas, y es por ello que es necesario definir la metodología de la docencia individualmente; dicho de otra manera: es el profesor quien tiene que adaptarse al alumno, no el alumno al profesor. Por ejemplo, una persona con mayor memoria visual se beneficiará más de clases donde primen los recursos esquemáticos y el contenido audiovisual (documentales, películas,...); por el contrario, un alumno con la memoria textual más desarrollada obtendrá más y mejores conocimientos y habilidades de la redacción y la lectura. Por esta razón las primeras clases son vitales para definir cómo han de impartirse las demás.
Me gusta también motivar e incentivar al aprendiz a superarse a sí mismo, a abandonar el conformismo e ir siempre a por más, mediante la imposición de metas y objetivos que han de ser, ante todo, realistas. Y, especialmente, despertar en él interés y afición por las buenas artes, ayudándole a encontrar, por ejemplo, libros que alimenten su intelecto y sobre todo le gusten y entretengan, pues como dijo Borges, la lectura debe ser una de las formas de la felicidad y si alguien encuentra un libro tedioso es porque ese libro no fue escrito para él.