Juan Sanz

¿Sientes que tienes problemas con tu registro, difucultad para alcanzar las notas agudas, te han dicho que tienes la voz "corta" o con poca extensión? ¿Te gustaría tener más proyección vocal, te han dicho que tu voz es muy pequeña? ¿Te han dicho que no tienes oído, que desafinas y que no vales o no tienes talento musical? Continúa leyendo, por favor; creo que esto que te cuento te va a interesar:

Mi voz era también "corta" (o eso me decían algunos "expertos": cantantes profesionales, directores de coro...) y pequeña. Estudiando con una adecuada metodología, amplié mi registro (soy tenor ligero, con una extensión vocal de más de dos octavas) y logré una voz de tamaño normal para cantar ópera en un teatro sin ayuda de micrófono.

He observado que mi trabajo da especial resultado en personas que buscan mayor proyección (intensidad) en su voz y ampliación de registro. Y también, en quienes buscan mejorar su oído y su capacidad de afinar (no importa, repito, NO IMPORTA, de qué nivel partan ni que, al principio, no afinen, tengan una voz poco proyectada o un registro escaso). Todo esto se puede trabajar; sólo hay que dedicar tiempo (meses), como al estudiar cualquier otro instrumento.

Me apasiona el reto de desarrollar la voz de una persona. Como digo, esto es perfectamente posible si se trata de alguien con oído y musicalidad, o incluso si se carece de alguna de esas cualidades pero se está dispuesto a trabajar con tesón. Mi experiencia con varios de mis alumnos me ha revelado que las personas, en muchos casos, desafinan por falta de práctica y de un entrenamiento adecuado, y por cuestiones emocionales que se pueden trabajar en clase; y no porque carezcan absolutamente de oído. El oído es una capacidad más y se puede ejercitar como otras.

Mis clases se fundamentan en la fisiología de la voz, que me encargo de recordar constantemente a mis alumnos y de que estos la apliquen de manera inmediata y práctica. Pongo especial cuidado en evitar emplear palabras abstractas o vagas que no se entiendan o que no den una imagen clara de lo que está ocurriendo o debe ocurrir en el cuerpo y la mente del alumno mientras canta; y lo hago porque sufrí mucho por esto en las etapas iniciales de mi formación y sé la frustración que causa en el alumno escuchar conceptos que no se entienden e instrucciones que no se sabe cómo llevar a cabo y que, encima, consisten normalmente en imitar los sonidos vocales que emite otra persona que canta bien pero no sabe explicar cómo lo hace. Trabajo, desde el primer día, con sensaciones físicas que el/la alumno/a puede percibir, para instalar en la mente y en el cuerpo un patrón de funcionamiento eficaz y, por supuesto, saludable.

Estoy especializado en canto clásico, académico o lírico, pero pienso que mi metodología puede aplicarse a otros estilos y también al trabajo del actor, pues la técnica que enseño me ha servido para proyectar la voz sin esfuerzo en escenarios como los de la Sala Tribueñe, el Corral de Comedias de Almagro, el Teatro Coliseo Carlos III de San Lorenzo El Escorial.