Laura Gil Ballester

Mi trayectoria con el yoga comenzó 9 años atrás que empecé con esta práctica y desde entonces no he podido dejarla. Me formé en hatha yoga en la Escuela Internacional en Madrid, como profesora de vinyasa con Ángela (yogaflow en Instagram) actualmente me he formado para impartir también ashtanga yoga con Cosminyogui, en valencia

Siempre empiezo mis clases con una meditación que hace que los alumnos lleven la atención consciente hacia su interior. A continuación realizamos un ejercicio de pranayâma o respiración consciente, imprescindible para IR tomando contacto con nuestro cuerpo sutil.
Tras ésto empezamos la práctica de asânas (posturas) y terminamos la práctica con el âsana o postura savâsana, dedicada a la relajación, a soltar, a no pensar ni controlar.

El yoga no es un deporte. Tampoco una terapia. Y tampoco podría decirse que ninguna de las dos. El yoga es un trabajo holístico.

A través de la interiorización de las posturas de yoga no sólo creamos espacio entre las vértebras (lo que ayuda a la espalda a no colapsar y a mejorar dolencias) y aumentamos nuestra elasticidad, sino que también disminuye el estrés y la ansiedad y aumenta nuestra capacidad de percepción y de sensibilidad corporal.

No sólo estiran nuestros músculos, sino que también los órganos se ven beneficiados y podemos prevenir problemas futuros.

Además, mediante la respiración regeneramos energéticamente nuestro cuerpo y espiritualmente podemos llegar a desarrollar una intuición aguda y objetiva, preparándonos para la meditación.

El hatha yoga nos ayuda a ser conscientes del dinamismo dentro de lo estático, a integrar la postura de manera que el cuerpo se sienta cómodo y relajado en ella, y podamos percibir cómo a través de la respiración hay un movimiento a pesar de estar quietos.

El vinyasa yoga es yoga creativo, en movimiento, es cambiar de postura una vez inspiramos, y volver a cambiar al expirar. Es un baile consciente, lento, que cuida el cuerpo y que nos hace superar límites que creíamos tener.

El ashtanga yoga es disciplina. Es constancia, es hábito y es cambio. A través de las series o vinyasa ya creados have milenios, el ser humano llega a conclusiones inhóspitas sin necesidad de nada más que de práctica para aprender intuitivamente.