Viví 10 años en Japón y aprender el idioma fue una experiencia apasionante, ya que es un idioma muy diferente al nuestro, lleno de misterios y cultura. Por eso es que ahora siento que mi misión es hacerlo conocer a todo el que esté motivado a hacerlo, ya sea por curiosidad, cultura general o por razones de estudio o profesionales.
Desde la pandemia comencé a dar clases de japonés online a niños,...
Viví 10 años en Japón y aprender el idioma fue una experiencia apasionante, ya que es un idioma muy diferente al nuestro, lleno de misterios y cultura. Por eso es que ahora siento que mi misión es hacerlo conocer a todo el que esté motivado a hacerlo, ya sea por curiosidad, cultura general o por razones de estudio o profesionales.
Desde la pandemia comencé a dar clases de japonés online a niños, niñas, adolescentes y adultos y poco a poco fui creando mi método de enseñanza, utilizando el manga, anime y otros recursos visuales de la cultura pop y tradicional japonesa, como herramientas de aprendizaje que han llegado a ser muy efectivos en mi experiencia como profesora.
Con cada alumno o grupo personalizo las clases al nivel y al ritmo que avancen, haciendo énfasis en que todos aprendan muy bien el contenido para pasar al próximo nivel. Le doy igual importancia a la escritura (katakana, hiragana y kanji), la lectura, la pronunciación, la gramática y la cultura, ya que no se puede aprender el japonés sin alguno de estos aspectos. Los voy introduciendo gradualmente a un paso en que el alumno pueda asimilarlos sin agobiarse, manteniendo siempre la motivación y el entusiasmo por aprender.
La enseñanza online tiene recursos muy ventajosos, como el hecho de poder compartir pantalla y ver junto a los alumnos contenido audiovisual, escribir en la pizarra digital al mismo tiempo (muy útil para practicar la escritura de los caracteres), saltar de un contenido a otro y de esta manera hacer las clases más dinámicas y nunca aburridas.
Mi deseo es seguir abriéndole puertas a nuevos estudiantes que deseen aprender esta lengua maravillosa, que si bien puede llegar a ser complicada, si se enseña de una manera divertida, se convierte rápidamente en un reto apasionante, tal cual me sucedió a mí cuando la aprendí.
Puedo enseñarlo en catalán, castellano o en inglés, para personas angloparlantes.
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