Laura Montes Blasco

Cuando recibimos clases de Yoga, no sólo estamos preparando nuestro cuerpo, que gana en flexibilidad, fuerza y equilibrio, sino que mucho más importante es el trabajo que realizamos a nivel mental y espiritual, ya que yoga es un trabajo de conexión de cuerpo y mente.

Una de las ramas del yoga, profundiza en el trabajo de asanas o posturas físicas. A través de ellas, de nuestra atención y nuestra respiración, trabajamos con nuestro cuerpo físico, y a la vez, movemos y armonizamos la energía más sutil, ganando en equilibrio y salud.

Yoga se adapta a las personas y a sus cuerpos y al recibir una clase particular, te aseguras que esas asanas y esos movimientos, estaban destinados a ti.

Los beneficios son numerosos, fuerza, flexibilidad, relajación... pero destacaría que el más importante, que englobaría a todos los anteriores, sería la salud. Practicar Yoga nos aporta salud física y emocional.

Pero Yoga no es solo realizar posturas, también es generar presencia, es cambiar el enfoque de nuestra mirada, dirigirla hacia el interior y observar, ser testigos. Al cambiar ese enfoque, comprobaremos qué otros cambios llegarán a nuestra vida. Con Yoga ocurre, que lo que realizamos sobre nuestra esterilla, se extrapola a nuestra vida diaria.

Si necesitas relajar, si quieres hacer cambios y empezar a transitar la vida con otros mapas y a la vez, te gustaría tener un cuerpo más sano y ganar consciencia sobre él, no lo dudes y apúntate a Yoga, este estilo de vida te va a gustar.