Tengo 6 años de experiencia. Me centro en las necesidades del alumno. Una vez conocidas, preparo las clases para trabajar en ello. Si la dificultad es la sintaxis, trabajamos sintaxis. Si hay una tarea de entrega urgente, como una redacción o comentario de texto, nos centramos en la terea. Todo según la necesidad del alumno y buscando un resultado óptimo.
Me gusta trabajar con objetivos y hacer p...
Tengo 6 años de experiencia. Me centro en las necesidades del alumno. Una vez conocidas, preparo las clases para trabajar en ello. Si la dificultad es la sintaxis, trabajamos sintaxis. Si hay una tarea de entrega urgente, como una redacción o comentario de texto, nos centramos en la terea. Todo según la necesidad del alumno y buscando un resultado óptimo.
Me gusta trabajar con objetivos y hacer partícipe al alumno de su evolución. Nadie es incapaz; el que quiere, puede. El profesor es clave en esta tarea de evolución. Por ello, cada clase tiene su dosis de motivación personal. Para mi es imprescindible que el alumno tenga motivación, y aunque esta sea baja será el profesor quién se encargue de alentar esa motivación.
Las clases no tienen por qué ser aburridas, si no interesantes. Todo lo que se enseña con pasión y empatía hacia el alumno, le ayuda a despertar su curiosidad.
La lengua y literatura sí sirven, sí son útiles. No son difíciles. Gracias a la lengua pensamos y nos comunicamos. Con la literatura nos expresamos. Desde que nacemos estamos oyendo estructuras gramaticales y, sin previa explicación vamos aprendiendo a hablar. Las palabras son parte de nosotros. Y por ello, somos capaces de aprender cómo funciona nuestra lengua. Cuando lo logramos, los idiomas nos resultan más sencillos. Por ello, ánimo, ninguna persona es incapaz, solo necesitamos trabajar con persistencia y claro, contar con una buena ayuda. Como dijo el estadista británico Winston Churchill: nunca, nunca, nunca nunca, nunca, nunca, nunca te rindas.
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