Luis fue el segundo profesor de saxofón con el que me encontré. El primero se agobió bastante cuando por teléfono le comenté que soy una persona ciega, que no necesitaba leer partituras de inicio, pero sí necesitaría material en audio para continuar progresando. Luis, aceptó esto como un reto, y lo fue tanto para él como para mí. No tuvimos ningún problema en realizar las clases, abarcando desde el montaje, limpieza y desmontaje del instrumento, hasta la digitación, cómo buscar mi sonido, maneras de poner la embocadura... además de respetar en todo momento el género en el que yo quería enfocarme. Por supuesto para mí es el profe de saxo mejor, buena gente, buen docente y humano. Qué más se puede pedir?
Ah, sí, sí pediría algo. Tocar como él! Pero para eso, todavía queda mucho.
También recuerdo sus consejos sobre la constancia. Volveremos a vernos pronto!
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