No tengo palabras para agradecer a María, la dedicación, profesionalidad, empatía y cariño con que dedica a mí hija cada clase que tienen. Tener el conocimiento teórico y empírico, no hace un docente, pero saber adaptarlos a la realidad de mí niña a punto de hacer con que compreenda la teoría, pueda ejecutar en la práctica y aprenda de manera que pueda ponerlo en práctica. Eso es enseñar. Necesitamos más María's en un mundo, personas con pasión que veen el potencial de nuestros hijos, hace con que se apasionen por el conocimiento y les da las herramientas para que caminen seguros y solos.
Muchas gracias por los anos que nos acompaña y por los que vendrán.
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