María José De La Puente Piñar

Te saludo y me presento, abriendo una ventana a mi alma.

Aunque me gusta decir que soy una mujer joven con muchos años, sé que mi edad no me define ni limita mis capacidades. Tampoco me definen los detalles de mi carné de identidad, como mis apellidos o mi país de nacimiento.

La larga lista de estudios y títulos que he acumulado a lo largo de los años, tampoco determinan quién soy. Lo que realmente me caracteriza es una curiosidad insaciable, y muchas ganas de aprender

Tengo la gran fortuna de que mi vocación forma parte de mi SER. Esto es un don precioso en un mundo donde muchos no ejercen su verdadera pasión. Soy yogui y trabajo como profesora de yoga, un privilegio por el que estoy profundamente agradecida.

Conecté con esta sabiduría milenaria desde el primer momento. Cuando buscaba alivio para mis dolores de espalda, encontré algo maravilloso que no estaba buscando, porque ni siquiera sabía que existía.

El yoga me ha transformado poco a poco, revelando una versión de mí misma más auténtica que las anteriores. Al dar clases de yoga, experimento una transformación: no se trata simplemente de asumir el rol de instructora, sino de conectar con mi verdadero ser, donde todo fluye con naturalidad. En esos momentos, no necesito apoyarme en la identidad de 'María José', pues mi confianza reside plenamente en la práctica y la filosofía del yoga

Lo que más aprecio de mi cuerpo físico es mi voz, tengo la inmensa suerte de que mi voz es bonita y dulce, y además sé como usarla para relajar o animar el ambiente.

Para más información, visita mi sitio web yoga de corazón a corazón