María Pía

Primero que nada tomo un test para saber el nivel en que se encuentra la persona a la que voy a enseñar. Analizo también el perfil de cada estudiante para darle un servicio adecuado. De acuerdo a ello, preparo los materiales de estudio por escrito, les doy tareas prácticas, realizamos clases de conversación. Entre las tareas prácticas siempre voy a sugerir una película de tipo histórica si la persona quiere también complementar su enriquecimiento en dicha área, o de cualquier otro género que pudiera ser de interés para el/la alumno/a. Luego, comentamos de qué se trataba la película, de manera verbal y escrita, de tal manera que el o la estudiante pueda adquirir mayor soltura. Es decir, para la persona que quiera desenvolverse en el día a día y necesita el idioma como herramienta, las clases la realizamos de la manera más divertida y metódica, que estaría variando de acuerdo al perfil de cada estudiante.
En el caso de las Empresas, también me adecuo a los perfiles de los estudiantes y de las áreas en las que se desenvuelven. Así también, tengo en cuenta la cantidad de alumnos y sus respectivos niveles en el idioma. Por ejemplo, si hablamos de una empresa del sector bancario, con una cantidad de 50 empleados, primero que nada, les hago un test de ubicación de nivel. Separo los grupos de personas de acuerdo a cada nivel. Generalmente los divido en básico, medio y avanzado. En segundo lugar, preparo los materiales técnicos de estudios de acuerdo a cada nivel, con el objetivo de que los mismos puedan desenvolverse adecuadamente y cuenten con las herramientas necesarias. Luego, organizo y propongo los días de clases. Sugiero dos horas semanales para cada grupo, organizado al final de la jornada laboral o una hora antes de finalizar las mismas.