Natalia Pérez Mas

Comencé a los 18 años a dar clases particulares a niños y niñas de mi colegio de la infancia. La mayoría carecían de técnicas de estudio básicas para poder implementarlas en su día a día y tener un trabajo académico de calidad. A través de métodos organizativos, horarios prediseñados y objetivos claros, conseguimos una orientación de estudio acorde a las necesidades del estudiante. Después de semanas de prácticas, la mayoría de los alumnos emprendían ellos mismos su propia organización y comprendían que cumplirla les producía satisfacción y además, les dejaba más tiempo para divertirse. Siempre insisto en que la organización ayuda a aclarar las metas y nos ayuda a ser más productivos, por lo que siempre es una de las bases de las clases que imparto.

Mi zona de confort es la lengua castellana y literatura, soy periodista y siempre he tenido una relación muy especial con las letras. Latín y griego también son asignaturas que trato con mucho mimo, el que se merecen. Inglés es la puerta de muchas aventuras y se presupone vital para el mundo globalizado, por lo que también lo tengo en mi cartera. Historia es apasionante y no solo consiste en repetir una y otra vez líneas interminables, sino vivirla y aprender de ella para que la memorización cueste cada vez menos. Pese a que las clases se centren en el ámbito de las letras, la organización lo abarca todo y siempre se pueden sumar ayudas puntuales en otras materias.

Imparto clases online, en horario preferentemente de tarde. También tengo alguna disponibilidad para mañanas puntuales y fines de semana, siempre de mañana. La flexibilidad también es comprender que cada uno tiene circunstancias puntuales y hay que saber también trabajar con ellas.