Tuve la suerte de aprender alemán con Olga, cuyo método de enseñanza marcó la diferencia. Sus clases eran únicas: combinaban explicaciones claras de vocabulario y gramática con juegos dinámicos que hacían del aprendizaje muy entretenido, pero sobretodo eficaz.
Además, logró transmitirme no solo conocimientos, sino también un profundo amor por la cultura alemana y un gran interés por el idioma. Gracias a ella, tomé la decisión de mudarme a Alemania, donde llevo algo más de un año viviendo y trabajando muy felizmente. Su pasión y dedicación dejaron una huella imborrable en mi vida.
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