¡Hola!
Me llamo Patricia y me encantan la enseñanza, la psicología y la lengua y la literatura, a lo cual llevo dedicándome nueve años y gracias a lo cual tengo un manual sobre sintaxis publicado y agotado.
Disfruto mucho dando clases particulares y tengo una gran confianza en los adolescentes... y creo que esa es una de las cosas que más han agradecido las familias y los propios estudiantes....
¡Hola!
Me llamo Patricia y me encantan la enseñanza, la psicología y la lengua y la literatura, a lo cual llevo dedicándome nueve años y gracias a lo cual tengo un manual sobre sintaxis publicado y agotado.
Disfruto mucho dando clases particulares y tengo una gran confianza en los adolescentes... y creo que esa es una de las cosas que más han agradecido las familias y los propios estudiantes.
Muchos de mis alumnos me han confesado que he sido la primera en decirles unas palabras buenas, en confiar en ellos, en entender "su cabeza" o en conseguir que entendieran y que se lo pasaran bien en una clase o aprendiendo (estas expresiones que siguen no son puro marketing, son expresiones que han compartido conmigo muchos estudiantes a los que he ayudado: "pero, ¿ya ha acabado la clase?", "nunca pensé que me gustaría la sintaxis y ahora mis compañeros me piden ayuda o me apetece pedirte "frases (no me canso de repetirles que no son frases, son oraciones, pero lo cierto es que esto es un sello de mi trabajo que me hace recordarlo con nostalgia mientras escribo estas líneas).
¿Cómo son mis clases? En ellas facilito el material y todos los apuntes necesarios yo misma, observo qué y cómo dan el temario en clase, cuándo tendrán los exámenes y qué les pedirán y establezco con ellos una planificación. A partir de ahí, me fijo en los puntos fuertes de mis estudiantes y los puntos débiles (no solo en la asignatura, sino también en cómo "su mente" aprende mejor y peor) y me adapto a ello, voy con mis clases preparadas y me encargo de que sean amenas y buscar una finalidad que le pueda servir al estudiante (soy la primera que digo que doy mis clases como me hubiera gustado que me las dieran a mí, es decir, sin que sean un tostón o algo incomprensible y sin comprender para qué aprendo esto).
No puedo prometerte que tu hijo o hija vaya a aprobar conmigo, pero puedo prometerte que, hasta ahora, todos han aprobado y disfrutado de mis clases.
Por cierto, me desplazo en coche y no tengo problema de movilidad para acceder a vuestro domicilio.
Si tu hijo o hija necesita ayuda, no dudes en llamarme, estaré encantada de ayudaros.
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