Inicialmente solo pretendía recibir clases de inglés unos meses para recuperar la fluidez perdida después de años sin practicar, pero tuve la suerte de encontrar a Rachel como profesora y ya llevo más de tres años con ella. Rachel siempre te corrige, tanto vocabulario, gramática como pronunciación. A parte de su alto nivel como profesora, las clases son divertidas, agradables y interesantes, tanto por su carácter extrovertido como por estar abierta a tratar todo tipo de temas en la conversación. Me he dado cuenta de que ahora hablo inglés mejor, con pocos errores y casi sin pensar.