La metodología que uso en clase cambia mucho según el perfil de los estudiantes y sus necesidades, pero hay un punto en común que nunca falta: la “visualización” del idioma. Creo que una manera eficaz de aprender un idioma es visualizarlo para entender sus estructuras, sus conexiones y sus movimientos. Todo esto, por supuesto, acompañado de ejemplos prácticos y modelos lingüísticos reales (conver...
La metodología que uso en clase cambia mucho según el perfil de los estudiantes y sus necesidades, pero hay un punto en común que nunca falta: la “visualización” del idioma. Creo que una manera eficaz de aprender un idioma es visualizarlo para entender sus estructuras, sus conexiones y sus movimientos. Todo esto, por supuesto, acompañado de ejemplos prácticos y modelos lingüísticos reales (conversaciones, audios, vídeos, canciones), de modo que en las clases se sienta siempre un contacto “real” con el idioma.
Los objetivos de aprendizaje se pueden establecer antes del inicio de las clases (o de un bloque de ellas) o durante la misma clase, porque creo que siempre hay que seguir el “estado de ánimo” de los estudiantes: si un día estamos motivados, trabajamos ciertos tipos de temas y estructuras; si un día nos sentimos divertidos y queremos reírnos un poco, trabajamos otros temas y estructuras. El objetivo siempre es tener clases interesantes y aprender todo lo que podamos en el tiempo que pasamos juntos.