Realmente, no recuerdo en qué momento empezó a gustarme la fotografía como medio de expresión. Lo que sí recuerdo son momentos, cuando era pequeña, en los que mi padre me sacaba mil y una fotos junto a mi hermana; para después, pasarme tardes enteras sacando las cajas y los álbumes y dejarlos regados por el suelo.
No empecé a experimentar con la fotografía como tal hasta la adolescencia, donde e...
Realmente, no recuerdo en qué momento empezó a gustarme la fotografía como medio de expresión. Lo que sí recuerdo son momentos, cuando era pequeña, en los que mi padre me sacaba mil y una fotos junto a mi hermana; para después, pasarme tardes enteras sacando las cajas y los álbumes y dejarlos regados por el suelo.
No empecé a experimentar con la fotografía como tal hasta la adolescencia, donde el instituto me hizo despertar el deseo de querer retratar a las personas para ver lo que otros no ven.
Ver más allá. Una escala de grises bien trabajada con una larga variedad tonal. Una clave baja, una mirada penetrante, poco maquillaje, incluso al natural. Un detalle, un recuerdo. Nostalgia. La fotografía me salvó del pozo de la tristeza. La que hizo de mí una fotógrafa con más inquietudes y ganas de ahondar en mis propias emociones.
Adoro la sencillez, el menos es más, la luz natural, la ropa negra, el toque de lujuria en la mirada. La fotografía siempre me salvará la vida.
Ahora bien, quiero que te prepares para ver más allá de lo que otros no ven. Quiero que juegues con el color, con el desenfoque, las texturas pero sobre todo, LA LUZ.
La base de toda fotografía es la luz, aprende a manejar y jugar con ella, para después romper todas las reglas. Tres conceptos básicos: velocidad, diafragma e ISO. Súmale un motivo a fotografiar, encuadra y listo.
Atrévete y déjate llevar por la magia de la fotografía.
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