Sara Gómez Del Río

Intento siempre que mis clases sean lo más dinámicas posible. Antes de centrarnos en el temario deseado, me encargo de hacer un pequeño examen general, de esta manera podré saber donde tengo que poner el foco más adelante e intentar estar segura de que el alumno comprende todos los aspectos necesarios de la materia pedida.

A partir de ahí, requiero que el alumno me comparta todos los apuntes, exámenes y ejercicios posibles para poder prepararme las clases con mayor precisión. Me voy adaptando al nivel de cada alumno. Pese a no estar en horario de clases particulares, dispongo de tiempo libre por si tiene alguna duda sobre algún examen, deber... que tenga ese día (obviamente sin ningún tipo de coste adicional). Una vez pase una semana, me comunicare con los tutores del alumno para saber si requiere de otro tipo de formato de clases y para informarles de como avanza durante las clases. También le hago estas mismas preguntas al alumno personalmente para asegurarme de que mi método de enseñar es el correcto y adecuado para esa persona, si no es el caso estoy dispuesta a nuevas peticiones y requerimientos que me pida el alumno con total libertad.

En cuanto se avecine un examen, me encararé de hacerle uno en clase y así ver como va el nivel en general.

Mi único requerimiento, como bien he dicho al principio, es tener los apuntes que se quieran dar en la clase particular antes de esta. Si no dispongo de ellos con un tiempo mínimo, la clase será cancelada para otro día en el que yo me haya podido mirar los apuntes y haber hecho mis propias anotaciones para mayor información y compresión personalizada.