Tengo 40 años y empecé hace uno a tocar el piano con Sasha.
Con mi edad no es fácil desarrollar determinadas habilidades y Sasha ha sabido apretar cuando había que apretar (con ese toque estricto de los países del este) relajar cuando había que relajar, mantener la motivación del alumno e ir adaptando el programa para garantizar que no tiraba la toalla. Ha demostrado una increíble paciencia, imagino desarrollada en sus clases con niños pequeños, especialmente trabajando los tiempos (negra y corchea no es lo mismo) y la coordinación de manos.
Ademas de aprender los elementos básicos del lenguaje musical para ser autónomo he podido charlar de sus estudios de música aumentando mi conocimiento e interés sobre la música en general. Después de un año soy capaz de tocar canciones como Nuvole Bianche (casi como Ludovico :-), y puedo decir que he desarrollado una relación de amistad con ella.
Lo más importante por mi trabajo, ha tenido la flexibilidad para adaptarse a mis horarios laborales.