Ser capaz de hablar en público puede cambiar tu vida.
Puede conseguirte un trabajo, un aumento o un ascenso. Puede conseguirte una mejor venta, una mejor nota, o una pareja para toda la vida. Puede ayudarte a vender tus ideas, promocionar tu negocio o expandir tu marca. Puede transformar la manera en la que ves a ti mismo, qué sabes hacer o cómo presentar tu historia al resto del mundo.
La pregunta es: ¿cómo puedo, desde donde estoy hoy mismo, alcanzar y disfrutar de todos esos beneficios?
Once años de experiencia sobre las tablas y ya seis generaciones con más de 500 alumnos ávidos de aprender aportan mucho.
En mi etapa de universitario comprobé en primera personas las carencias en la dialéctica, el miedo escénico, el pavor a hablar en público de los estudiantes. Sé qué habilidades imprescindibles necesitan adquirir para mejorar, adaptando el contenido siempre a cada edad e incluso carrera. Y nada me complace más, que, dada mi vocación, compartirlo y ayudar a todo el que lo necesite, como hicieron conmigo.