Para dar clase, el punto de partida es el alumno, ya no solo para que apruebe sino para que aprenda. Adaptarme a sus ritmos y hacer que sientan que avancen es lo primordial, integrando los conocimientos pertinentes. Soy cercana, empática y paciente, por lo que la calma, que no la pausa, va a relucir en las sesiones. ¡Vamos con todo!
Para dar clase, el punto de partida es el alumno, ya no solo para que apruebe sino para que aprenda. Adaptarme a sus ritmos y hacer que sientan que avancen es lo primordial, integrando los conocimientos pertinentes. Soy cercana, empática y paciente, por lo que la calma, que no la pausa, va a relucir en las sesiones. ¡Vamos con todo!