Vanessa Bissiri

Me gusta pensar en la voz como en la parte sonora de un instrumento cuya forma y disposición se modifica continuamente tanto física como emocionalmente, siendo el cuerpo vivo y sensible a todo evento externo.
Este instrumento, no se puede desmontar para estudiarlo, tocarlo y conocer su complicada maquinaria, pero se puede entrenar la escucha y la percepción de cada pequeño movimiento, de cada pequeño músculo y aprender como, al respirar, todo se coordine y se prepare para transformar el aire en sonido.

Pondremos atención al cuerpo a través de la respiración, pequeños ejercicios de relajación, y entrenaremos la imaginación para poder activar nuestro instrumento que no se ve pero se siente muy profundamente.
Para tener un instrumento lo mas relajado y disponible posible,
observaremos nuestra forma de respirar y cambiaremos hacia una manera mas orgánica, buscaremos la diferencia entre el trabajo interno de todos los músculos necesario para cantar y ese esfuerzo extra que simplemente crea tensión.
Trabajaremos la interpretación y veremos como a veces, a través de una intención clara, algunos detalles técnicos se coordinen de forma natural.

Utilizaremos algunos principios de la improvisación para entrenar la escucha y dejarnos inspirar.
Descubriremos y trabajaremos para ampliar la intensidad de nuestra voz.
A la vez eligiremos el repertorio que te haga vibrar en acuerdo con le que iremos a trabajar.

En mi camino hasta ahora pienso la voz como un misterioso trabajo de coordinación y de pequeñas palabras llaves que sucede de "repente", después de escuchar, prestar atención, abrir, a veces resistir, jugar, nuestra voz sale con fuerza pero sin tensión.