Una marca de empresa debe destacar por su frescura, tradición y estructura. Esto es lo primero que debes saber al introducirte en el mundo del marketing digital.
La frescura que crea con el tiempo, es decir, cuando creamos una web, esta no debe permanecer con el mismo diseño día tras día, sino que debe innovar, con sus productos, sus servicios, su galería de fotos e incluso el diseño de esta en su portada de presentación para atraer a un público determinado al que nos interese vender nuestra imagen y en general, nuestra marca.
La tradición en una marca es muy importante, ofreciendo una imagen moderna, actual y dinámica, debe siempre, tener su esencia y no perder los principios de lo tradicional y lo que hace que los clientes sientan interés por ver la exposición de ideas de dicha marca.
La importancia de la estructura de la web
La estructura de la web es de vital importancia, ya que de ello dependerá el posicionamiento y en cierto modo, que la marca de nuestra empresa tenga visibilidad en internet. Por ello, debemos cuidar la imagen, los textos, las fotos (formatos, tamaños, fuentes, márgenes...) para que nuestro público también sean capaces de entender todo aquello que exponemos en nuestra web de forma clara, concisa y elegante.
Una web hay que cuidarla al igual que cuidamos una empresa física, una tienda, un taller, una pyme, un negocio del que nos sentimos orgullosos. Debemos mantenerlo, actualizarlo, darle un toque nuevo con el paso de los días y hacer que los usuarios de internet se sientan interesados y atraídos por querer leer y ver cada una de nuestras páginas y para ello debemos informarles de forma clara de todo cuanto va viendo.
Dar los datos de contacto con nuestra empresa, aclararle dudas, saber que detrás de la pantalla tiene un equipo con el que puede contar, entender con facilidad el contenido de todo cuanto exponemos y saber que cada cliente va a pasar el tiempo necesario en nuestra web como para llamarle la atención y querer contratar nuestros servicios o comprar nuestros productos.
Nuestra web es nuestra imagen, nuestra empresa, nuestro trabajo y nuestro futuro y debemos cuidar cada detalle al máximo, sin descuidar lo que puede llegar a crearnos dolores de cabeza, ya que si dejamos nuestra web, con el paso del tiempo, esta puede necesitar de revisiones, actualizaciones, e incluso puede haber caído bajo la inseguridad de no haber protegido nuestra web o que los servicios aplicados hayan caducado y ya no nos sean válidos.
Es necesario conocer en profundidad qué partes de nuestra marca pueden necesitar esos cuidados de los que hemos hablado y no dejar nunca que nuestra marca se pierda por haber generado nosotros mismos unos malos hábitos por descuidos tontos.
Debemos tener controlado siempre nuestra web y los servicios que ello implica, tales como el servidor en el que está alojada nuestra web, actualizar la seguridad, su certificado aplicado para nuestra URL, actualizar la versión de nuestra plataforma o crm, ya sea WordPress, Shopify o cualquier otra plataforma que utilicemos...
Otro de los servicios que debemos controlar son los enlaces que hayamos creado de las redes sociales a la web y entre ellas mismas, ya que de ello va a depender que todo esté conectado y que nuestro posicionamiento surja efecto y llegue a más usuarios, para eso controlaremos tanto la analítica como las palabras claves y la configuración de las redes para que todo funcione a la perfección, eso sí, con perfiles de empresa y controlando la analítica para saber qué clase de cliente recibimos en nuestra marca.