Soy Andrea Canosa, practicante de yoga desde el año 2007 y profesora certificada desde 2016 (RYS 350).
Estoy especializada en Hatha-Vinyasa Yoga e incorporo prácticas restaurativas y elementos de Ashtanga Yoga. También me he formado en yoga prenatal. He practicado y estudiado con diferentes maestros en Europa y Asia, especialmente en Tailandia.
Para mí el yoga es salud, fuerza, equilibrio, comp...
Soy Andrea Canosa, practicante de yoga desde el año 2007 y profesora certificada desde 2016 (RYS 350).
Estoy especializada en Hatha-Vinyasa Yoga e incorporo prácticas restaurativas y elementos de Ashtanga Yoga. También me he formado en yoga prenatal. He practicado y estudiado con diferentes maestros en Europa y Asia, especialmente en Tailandia.
Para mí el yoga es salud, fuerza, equilibrio, compasión, calma, integridad.
Creo firmemente que es una herramienta muy valiosa porque contribuye a mejorar la calidad de vida, aumentar la sensación de bienestar, mejorar el descanso y el sueño, lograr mayor fortaleza y flexibilidad, equilibrio emocional y calma mental.
Con el yoga aprendes a respirar mejor, a escuchar y respetar tu cuerpo y a conectar cuerpo, mente y corazón.
Mi misión es ayudarte a iniciar, integrar y consolidar una práctica de yoga sostenible y beneficiosa a nivel físico, mental y energético.
Una práctica que te permita cuidarte, mejorar y desarrollar todo tu potencial.
En las clases de Hatha-Vinyasa, enlazamos de forma fluida diferentes asanas o posturas. Nos detenemos también en cada asana para trabajar la alineación correcta, las acciones musculares y energéticas y el drishti o foco, el lugar a donde dirigimos la mirada y la atención. Se trata de un trabajo activo, pero sin tensión.
Las sesiones conmigo son un viaje progresivo, desde una meditación inicial en la que tomamos consciencia de nuestro cuerpo, de nuestra respiración, de nuestro estado interno. Continuamos con un calentamiento nutritivo de todo el cuerpo y avanzamos hacia secuencias más dinámicas y fluidas, que confluyen en asanas y prácticas calmantes y equilibrantes, para terminar siempre con una relajación final.
Cada clase es un espacio donde poder estar realmente presente: un lugar para la experimentación, la calma y la renovación, desde donde empezar a modificar hábitos mentales y estados de ánimo, observando también las sensaciones que surgen durante la práctica, para dejar ir lo que no nos sirve y generar una actitud positiva hacia la vida y hacia nosotros mismos, desde la aceptación y la gratitud.
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