Natalia es una excelente maestra y acompañante en el trabajo físico y emocional. En sus clases transmite calma y tranquilidad, a la vez que un profundo conocimiento de las propuestas y ejercicios que ofrece.
Gestiona muy bien el grupo mientras va poniendo la mirada en cada participante, para ver cómo va realizando su trabajo y poder hacerle alguna devolución, si es pertinente.
Y, dicho todo esto, lo que más me gusta de ella es que es humana y se presenta como tal, como una persona normal. No es una diva, ni va de "gurú", sino alguien que conoce bien los beneficios del yoga, la meditación y otras disciplinas, mientras mantiene los pies en el suelo.